Pretenciosa película que sigue a la larga lista de películas con historias entrelazadas, que a pesar de actuaciones excelentes y un reparto multiestelar, se vuelve completamente ridícula.
El Aire que Respiro se supone que entrelaza cuatro historias que giran alrededor de 4 emociones: Felicidad, Placer, Dolor y Amor. Un tímido corredor de bolsa, un cobrador que puede ver el futuro, un despiadado mafioso, una joven cantante y un medico enamorado de la esposa de su mejor amigo son los protagonistas.
De entrada, la idea de historias entrelazadas ya está muy gastada, desde los trabajos de Robert Altman, como Short Cuts, pasando por González Iñarritú y terminando con la ganadora del Oscar Alto Impacto. Es con esta última con la que El Aire que Respiro parece tener más relación, pero mientras aquella tenía un mensaje social que transmitir, esta última no transmite nada.
Una lástima porque tiene un cast extraordinario y excelentes actuaciones. En particular Whitaker, Fraser y Andy García se lucen, pero los diálogos y situaciones en que se ven envueltos van poco a poco rayando en lo ridículo.
Parecería que la intención del director es mostrarnos que estos cuatro sentimientos se pueden encontrar en circunstancias poco comunes. Que lo que nosotros entendemos por felicidad no lo es para todos, y así con las demás emociones. De esta manera, en la primera historia la felicidad se encuentra en una situación que todo mundo catalogaría de mala. Después, pasa lo mismo con el placer. Pero en la tercera el dolor es dolor como todos lo entendemos, y en la cuarta el amor es amor. Entonces ahí se pierde el concepto original y ya no sabemos de que va todo. Pasa de concepto interesante a recurso barato.
Para colmo, todos los protagonistas de las historias son unos perdedores con una suerte de perros. Cuando parece que no les puede ir más mal, algo les pasa. Las historias pierden sentido conforme avanzan, y los lazos se van haciendo improbables e innecesarios. Al terminar toda la historia pierde credibilidad de manera vergonzosa.
Por ejemplo: El personaje de Brendan Fraser puede ver el futuro. Un detalle curioso e interesante. Cuando termina su historia, ésta capacidad no le sirve para absolutamente nada. El tipo pudo haber sido un matón normal y hubiese sido el mismo cuento. Y el personaje de Andy García, un tipo violento, jefe de un grupo de matones, tiene en su poder las vidas de Brendan y de Sarah, quienes no pueden escapar de sus garras. Excepto en el final de la película, cuando Sarah sale por la puerta principal de un hospital y hasta se da el lujo de platicar un rato antes de subir a su auto. Patético.
En fin, que ni siquiera el "final feliz" de la película puede salvarla del desastre, ya que se basa en otro evento completamente inverosímil. No les cuento por si quieren verla, ya que después de todo son buenas las actuaciones de los involucrados, y quizá sus fans se animan si no tienen nada que hacer cuando la pasen en canal 5 dentro de 3 años. Los demás, absténganse.
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